Claudia y The New York Times: ¿quién tiene su respaldo?
La controversia generada por el reportaje de The New York Times sobre la producción de fentanilo en México ha desatado una tormenta política y mediática. La presidenta Claudia Sheinbaum reaccionó con dureza, calificando el trabajo como “poco creíble” y prometiendo pruebas científicas para desmentir sus conclusiones.
Sin embargo, el diario estadounidense respaldó la investigación liderada por Natalie Kitroeff, Paulina Villegas y Meredith Kohut, quienes durante meses documentaron cómo operan los laboratorios clandestinos de fentanilo en Sinaloa. Este trabajo detalla no solo el proceso de producción, sino también la conexión directa con la crisis de sobredosis que afecta a Estados Unidos, donde anualmente mueren entre 75 mil y 100 mil personas por consumo de este opioide.
Una realidad incómoda
El reportaje describe con detalle escenas impactantes: trabajadores manipulando polvo de fentanilo, mezclándolo con tinta para producir píldoras destinadas al mercado estadounidense. Estos relatos contradicen la narrativa oficial del gobierno mexicano, que durante mucho tiempo sostuvo que el fentanilo provenía exclusivamente de Asia.
Las declaraciones de Sheinbaum coinciden con un momento tenso en la relación bilateral entre México y Estados Unidos. Donald Trump, próximo a asumir la presidencia, ha señalado repetidamente a los cárteles mexicanos como una amenaza y ha sugerido medidas extremas, incluyendo operaciones militares en territorio mexicano.
¿Qué significa esto para México?
La disputa entre Sheinbaum y The New York Times pone en evidencia una crisis más profunda: la falta de una estrategia clara para combatir el narcotráfico y sus implicaciones. A pesar de incautaciones históricas, como la reciente captura de 20 millones de dosis de fentanilo en Sinaloa, el problema persiste.
El gobierno mexicano ha intentado contrarrestar la narrativa mediática con campañas como un corrido tumbado que advierte sobre los peligros del fentanilo. Sin embargo, el reportaje del diario estadounidense expone una realidad que no puede ser ignorada: México es un actor clave en la producción de este opioide, y sus esfuerzos por combatirlo son insuficientes frente a la magnitud de la crisis.
Con Trump en el horizonte y la presión internacional aumentando, el gobierno de Claudia Sheinbaum enfrenta un desafío monumental. Más allá de desmentir reportajes, necesita replantear su estrategia para enfrentar una crisis que ya está afectando la salud, la seguridad y la relación entre ambos países.