Niños superan a adultos en centros de rehabilitación por consumo de drogas en Puebla

En un giro preocupante para las autoridades de salud y la sociedad poblana, los menores de edad han comenzado a superar en número a los adultos dentro de los centros de rehabilitación por consumo de drogas en el estado de Puebla. Según información proporcionada por expertos y recogida por El Sol de Puebla, esta tendencia refleja un cambio profundo en los patrones de consumo y representa una emergencia de salud pública que demanda atención urgente.
De acuerdo con la Junta de Gobierno del Consejo Estatal Contra las Adicciones (CECA), desde hace al menos cinco años, los adolescentes —y en algunos casos, incluso niños— han incrementado su presencia en los espacios de atención y tratamiento, desplazando a los adultos que históricamente eran la mayoría. El fenómeno se ha acelerado a raíz del aumento en la disponibilidad y consumo de drogas sintéticas, principalmente metanfetaminas.
Estas sustancias, conocidas por sus efectos altamente adictivos, se han posicionado desde 2018 como la principal droga de consumo en la región, superando a la marihuana. Esta transformación en el consumo ha derivado en consecuencias más graves para la salud física y mental de los usuarios, en particular los más jóvenes, quienes son más vulnerables a desarrollar dependencia en menor tiempo.
El panorama es aún más complejo si se considera que sólo el 15% de las personas que padecen alguna adicción en Puebla acceden a tratamiento especializado, lo que evidencia una enorme brecha en el sistema de atención. Esta situación es aún más grave para los menores, quienes muchas veces enfrentan estigmatización, falta de acompañamiento familiar y escasa oferta de servicios adecuados a su edad.
Las autoridades del CECA han señalado que si bien existen esfuerzos por implementar programas de prevención en escuelas y comunidades, los recursos son limitados y no alcanzan a cubrir la creciente demanda. En muchos casos, los jóvenes ingresan a los centros de rehabilitación sólo cuando ya presentan comportamientos violentos o cuadros de salud mental deteriorada, lo que reduce sus posibilidades de recuperación.
Organizaciones civiles y especialistas han advertido que, además del tratamiento, se requieren estrategias integrales que incluyan apoyo psicológico, educación, reintegración familiar y oportunidades de desarrollo. Asimismo, han hecho un llamado a los gobiernos estatal y federal para que fortalezcan las políticas públicas en torno al consumo de drogas, especialmente en los sectores más vulnerables.
El aumento del consumo de sustancias entre menores no es exclusivo de Puebla, pero los indicadores locales sugieren que la entidad está enfrentando una ola particularmente intensa. Las razones incluyen desde la pobreza, el desempleo y la desintegración familiar, hasta el fácil acceso a sustancias ilegales y la influencia del crimen organizado en zonas urbanas y rurales.