Políticos exigen justicia por el asesinato del delegado de la FGR en Tamaulipas

El asesinato de Ernesto Cuitláhuac Vázquez Reyna, delegado de la Fiscalía General de la República en Tamaulipas, desató una ola de condenas y exigencias de justicia por parte de autoridades y actores políticos de todo el país.
El crimen ocurrió en el bulevar Miguel Hidalgo de Reynosa, donde un comando armado interceptó la camioneta en la que viajaba el funcionario. El ataque fue directo y brutal: los agresores lanzaron una granada que incendió el vehículo y, cuando Vázquez Reyna intentó escapar, fue ejecutado por impactos de bala a corta distancia. El vehículo no contaba con blindaje ni se reportaba presencia de escoltas.
Tras los hechos, se desplegaron operativos conjuntos entre fuerzas estatales y federales para ubicar a los responsables. Durante los operativos se localizaron vehículos presuntamente vinculados al ataque y se mantuvieron bloqueos en puntos estratégicos de la ciudad.
El gobernador del estado condenó el crimen y manifestó su solidaridad con la familia del funcionario. También aseguró que su administración colaborará plenamente con las autoridades federales para esclarecer los hechos.
A nivel nacional, representantes de diversos partidos exigieron resultados inmediatos y calificaron el asesinato como una muestra alarmante del nivel de impunidad y violencia en la entidad. Cuestionaron también la falta de medidas de protección para un delegado federal en una de las regiones más conflictivas del país.
Ernesto Cuitláhuac Vázquez Reyna tenía una trayectoria de varios años dentro de la FGR, donde coordinaba investigaciones de alto impacto, incluyendo delitos de delincuencia organizada y contra la seguridad del Estado.
El crimen se suma a una larga lista de hechos violentos que han marcado a Tamaulipas en los últimos años. El asesinato del delegado representa no solo una pérdida institucional, sino un duro golpe a las tareas de procuración de justicia en una entidad clave para la seguridad nacional.