Escalada de violencia en Colombia: secuestros y enfrentamientos recientes

El 7 de marzo de 2025, en el departamento del Cauca, suroeste de Colombia, 29 miembros de las Fuerzas Armadas fueron secuestrados por guerrilleros de una disidencia de las FARC. Este incidente ocurrió durante una operación militar destinada a recuperar territorio estratégico utilizado para la producción y tráfico de cocaína. Los guerrilleros, pertenecientes a la columna Carlos Patiño, emplearon tácticas de infiltración y violencia para llevar a cabo los secuestros.
La columna Carlos Patiño es una de las disidencias de las FARC que rechazó el acuerdo de paz firmado en 2016 y continúa operando en regiones como el Cauca. Estas facciones disidentes representan una amenaza significativa para la estabilidad de la región, involucrándose en actividades como el reclutamiento forzado de menores y la coerción a civiles para impedir la presencia gubernamental.
Este suceso se enmarca en un contexto de creciente violencia en Colombia. En enero de 2025, una escalada de enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y una facción de las FARC en el noreste del país resultó en 60 muertos y 32 secuestrados, además de numerosos desplazados. Esta situación llevó al presidente Gustavo Petro a suspender los diálogos de paz con el ELN, marcando un retroceso en los esfuerzos por finalizar un conflicto de seis décadas que ha causado más de 450,000 muertos.
El secuestro de militares por parte de grupos guerrilleros tiene precedentes en la historia reciente de Colombia. Por ejemplo, en 1996, las FARC llevaron a cabo la toma de la base militar de Las Delicias, que resultó en la muerte de 27 militares y el secuestro de 60 más, quienes fueron liberados 10 meses después.
La comunidad internacional y las organizaciones de derechos humanos han condenado estos actos, instando a las partes involucradas a retomar los diálogos de paz y buscar soluciones que garanticen la seguridad y el bienestar de la población civil.