Entretenimiento

5 momentos en los que lo tradicional venció a lo digital

Los efectos prácticos han demostrado, en muchas ocasiones, tener una estética superior a la de los digitales. Aunque los efectos visuales y de caracterización son un gran apoyo para cualquier película, no logran sostenerla por completo. Sin embargo, numerosas producciones, confiando en el impacto del fotorrealismo digital, otorgan demasiado protagonismo a las nuevas tecnologías, algo que no siempre es bien recibido por el público o la crítica. Estas decisiones generan controversia, especialmente cuando se comparan con remakes, reboots o secuelas que, en su momento, destacaron por el uso de técnicas tradicionales llenas de creatividad. A continuación, te presentamos diez ejemplos donde lo clásico superó a lo digital.

Las Tortugas Ninja: La película (1990) vs. Tortugas Ninja (2014)

Estudios como Walt Disney, Paramount y Warner Bros. rechazaron distribuir Las Tortugas Ninja: La película por temor a otro fracaso como Masters of the Universe (1987). Sin embargo, terminarían arrepintiéndose, ya que, aunque los héroes con caparazón no lograron ser un éxito mundial, se convirtieron en una de las películas independientes más rentables de la historia. Gran parte de este logro se debió al diseño de Leonardo, Donatello, Rafael y Miguel Ángel, que requirió la creación de complejos trajes en el taller de Jim Henson, manipulados por dos titiriteros cada uno, además de los stunts y actores de voz que les dieron vida.

Décadas después, se intentó revivir a las TMNT en un nuevo live-action bajo la dirección de Jonathan Liebesman y la producción de Michael Bay. Esta vez se apostó por el motion capture y un diseño más intimidante, ajustado a la personalidad de cada tortuga. Sin embargo, el público no recibió bien el cambio, criticando la falta de conexión con el cómic original y la serie animada. Aunque la película recaudó lo suficiente para asegurar una secuela, no logró consolidar una franquicia con el potencial que prometía.

Trilogía Hombres de Negro (1997, 2000, 2012) vs. Hombres de Negro: Internacional (2019)

Uno de los mayores encantos de la saga Hombres de Negro fue, sin duda, la diversidad y creatividad de sus alienígenas, diseñados por el legendario maestro del maquillaje Rick Baker. Desde el arquiliano Gentle Rosenberg hasta el insectoide Edgar, los extraterrestres de la entrega original (1997) dejaron una huella imborrable en el público, logrando que Baker se alzara con un Premio de la Academia, uno de los siete que acumuló en su brillante carrera.

A pesar de este reconocimiento, las nuevas tendencias de la industria llevaron a Baker a retirarse en 2015, lamentando que “prefiero hacer las cosas bien, pero ellos las quieren baratas y rápidas”. La ausencia del experto se sintió en Hombres de Negro: Internacional (2019), donde los alienígenas creados digitalmente intentaron igualar el nivel de detalle y personalidad de los originales, pero terminaron siendo demasiado genéricos o con un diseño excesivamente humano. Esto, sumado a una historia irregular, dejó a la nueva entrega lejos de la magia de la trilogía original.

Hulk (2003) vs. Hellboy (2004)

Aunque Hulk y Hellboy solo comparten sus raíces en los cómics, ambos protagonizaron un intenso debate en su momento: ¿cuál es la mejor forma de llevar a la pantalla a un personaje humano con apariencia monstruosa? Ang Lee apostó por un enfoque digital en Hulk, pero los resultados fueron tan criticados que la película se convirtió en un ejemplo de las peores adaptaciones de cómics en la historia del cine.

En contraste, Guillermo del Toro eligió un enfoque práctico con Hellboy, utilizando maquillaje y efectos tradicionales que fueron ampliamente elogiados. Este método no solo ganó la aprobación del público, sino que también cimentó a Del Toro como un defensor de las técnicas clásicas, algo que se vio reflejado en obras posteriores como El laberinto del fauno (2006), Hellboy II: El ejército dorado (2008) y La forma del agua (2017), la cual le valió los premios Oscar a Mejor Director y Mejor Película.

Jurassic Park (1993) vs. Jurassic World (2015)

“¡No te muevas! ¡No puede vernos si no nos movemos!” Esta frase icónica del cine debe gran parte de su impacto a la perfección de la escena, protagonizada por uno de los animatronics más espectaculares jamás creados: un T-Rex de tamaño real, con más de seis metros de altura, doce de longitud y un peso de casi 8,000 kg en Jurassic Park. Este titán, el más grande construido por el taller de Stan Winston, consolidó su legado en efectos prácticos tras su trabajo en clásicos como Aliens (1986) y Terminator 2: El juicio final (1991). Incluso Steven Spielberg reconoció al dinosaurio como la verdadera estrella de su película.

Más de dos décadas después, Jurassic World revitalizó la franquicia con un parque prehistórico completamente funcional. Colin Trevorrow logró un éxito taquillero indiscutible, pero sacrificó la esencia de la saga original al reemplazar los efectos prácticos por dinosaurios creados enteramente de forma digital. Si bien esto permitió momentos impresionantes, como el escape de los pterodáctilos, no deja de ser inevitable imaginar cuán aterrador y realista habría sido un Indominus Rex tangible, hecho con la maestría que definió al clásico de 1993.

El Rey León (1994) vs. El Rey León (2019)

El Rey León de 1994 es una de las películas más queridas de Disney, aunque no ha estado exenta de polémica por sus similitudes con Hamlet y las acusaciones de plagio hacia Kimba: El león blanco (1965). La controversia resurgió con su remake de 2019, realizado completamente en CGI, aunque muchos lo confundieron con un live-action.

A pesar de su impresionante realismo visual, esta técnica sacrificó la expresividad de los personajes, reduciendo el impacto emocional que hizo especial a la cinta original. Además, la nueva versión replicó casi por completo la historia de 1994, dejando en claro que el problema no era la narrativa, sino la falta de conexión emocional que generó la técnica utilizada.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba